Una de las áreas de disfrute, crecimiento, interacción, productividad y desarrollo del ser humano es la salud, entendida como un derecho fundamental1 y definida como “…un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o de enfermedades2”, lo que convoca al sector salud a ampliar la oferta de equipamiento personal y grupal al interior de los hospitales, para sumar al bienestar laboral, a través de un espacio de cualificación de competencias blandas para el personal administrativo y asistencial que presta los servicios al paciente y su familia.

En momentos en que -con acierto- la evolución conceptual y operativa de los servicios de salud en Colombia y el mundo está centrada en el paciente y su familia, es imperativo para llegar a su implementación y sostenibilidad en el tiempo, sumar bienestar a quienes prestan éstos servicios, dado que damos de lo que tenemos, y aunque la vocación de servicio es permanente, se requiere crear espacios y gestar procesos que den respiro a las extensas jornadas labores, donde el dolor y las necesidades de los pacientes “dejen de ser paisaje” para algunos, y por el contrario se fortalezcan las capacidades propias, la alegría de servir, fortalecer el trabajo en equipo y permitirse relaciones más sanas, dentro y fuera del ámbito laboral.